Ante el progresivo descrédito de la profesión informática se me ha ocurrido hacer una comparación de nuestro trabajo con uno de mis ídolos, el detective consultor Sherlock Holmes.
Mucho se ha escrito de este personaje de ficción (aunque hay quien opina que fue real) pues yo en este post quiero comparar sus habilidades con la de los informáticos o con algunos de ellos para ser justos, sobre todo con los programadores.
Para no alargarme mucho iré directo al ejemplo más descriptivo, el de la resolución de un bug. Un programador, aunque no sea consciente, utiliza el método deductivo. Comienza recopilando datos, sin sacar conclusiones hasta recopilar el mayor número de datos posibles. Tras esto plantea una serie de hipótesis en base a los datos recogidos y prueba las hipótesis adaptándolas en base a los resultados obtenidos hasta alcanzar la solución. Vamos, al puro estilo Sherlock Holmes.
Conclusión, en la actualidad Sherlock Holmes sería programador... o quizás hacker.